Lighthouse 2.0

La semana pasada leí un artículo ‘La fiebre del oro vuelve a Internet’ que se cuestiona, como muchos otros, si estamos ante una nueva burbuja. Como Tim O’Really dice cuando explica el Web 2.0, tras el estallido de la burbuja tecnológica del 2001, mucha gente concluyó que la expectación sobre la web era exagerada. Sin embargo, ya en aquellos momentos, ellos mismos observaron que de forma regular aparecían nuevos sitios web y nuevas aplicaciones cada vez más interesantes para el usuario final.

Lo cierto es que esta nueva efervescencia a la hora de crear nuevos sitios web parece imparable. Si bien hay muchas cosas que evocan aquellos agrios días, como puede ser que el sustento es la publicidad, hay bastantes cosas que han cambiado: la tecnología es mucho más barata, así de un lado los costes se reducen y del otro el acceso a la banda ancha es mucho mayor, llegando así a mucho más potenciales usuarios, pero lo más llamativo es que la Red se ha vuelto social, que se ha puesto el énfasis en la persona. Así, si con la primera burbuja, eran los sitios web los que creaban servicios y contenidos volcándolos a la Red, actualmente es el usuario el que decide que contenidos quiere volcar y como los va a mezclar, cambiando sustancialmente el modelo de negocio. Esta socialización de la Red es la que permite crear las nuevas comunidades, donde ‘te encuentras’ con gente afín a tus gustos, ideología, sentimientos, etc y compartes con ellos todas estas cosas en la distancia. Nunca el ser humano ha estado tan cerca de otros, estando tan lejos físicamente; nunca ha estado tan acompañado sin tener contacto físico. Lo preocupante, es que en este mundo tenga tan poca penetración el castellano, parece como si los 350 millones de personas que hablamos este idioma no tuviéramos la necesidad de compartir cosas con otros, la necesidad de comunicarnos. Día a día, desde este ‘faro’ intentaremos crear una corriente cada vez mayor del uso de este idioma para la creación de nuevas comunidades. La socialización hispana de la Red avanza.